La cloropicrina se usa para beneficiar una gran variedad de cultivos en California, como almendras, lechuga, tomates, pimientos, árboles frutales, melones y fresas, entre muchos otros. Los agricultores han usado la cloropicrina con seguridad por más de 50 años. Ni los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) ni la Agencia Federal de Protección Ambiental (EPA) la clasifica como un carcinógeno.
La EPA revisa los riesgos a grupos potencialmente sensibles, tal como los niños, e incorpora esos factores de seguridad en sus regulaciones antes de permitir que los agricultores la usen. La EPA volvió a aprobar la cloropicrina en 2008 para el uso agrícola en todo el país, después de un estudio extenso que duró 8 años.
La cloropicrina se aplica al suelo antes de plantar el cultivo, e inmediatamente se cubre el suelo con plástico resistente; NO se rocía sobre un cultivo. Cuando los campos están cerca de las escuelas, la aplicación se hace cuando NO hay nadie en las escuelas, generalmente los fines de semana o en períodos de vacaciones. La EPA federal implementó restricciones aún más estrictas para el uso de la cloropicrina en 2011 y 2012, cuyos resultados no están representados en este estudio de 2010. Esas restricciones incrementadas incluyen zonas de separación entre campos y áreas ocupadas; notificación a vecinos o supervisores de campos; medidas adicionales para la protección de los trabajadores; entrenamiento de aplicadores certificados; entre otras.